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  • Foto del escritorCasa Natal

Las madres pueden cambiar el mundo

Por qué el período prenatal, si se realiza con el apoyo y la conciencia, puede sentar las bases para la paz y el amor.

Por Paula Martinez Chaigneau.


La conciencia es lo que nos define como humanos. Tener conciencia en el período más temprano de la vida impactará al nuevo ser humano por el resto de su vida. El gran resultado de la epigenética es que no estamos determinados por la biología, sino más que nada por nuestras experiencias en el intento por adaptarnos al medio ambiente en que vivimos, lo cual conduce a una ecología humana: eco = hogar; logos = conocimiento. Se refiere a cómo nos conectamos con el mundo que nos rodea, con el Otro y con la naturaleza; cómo vivimos en esta casa, cómo aprendemos a conocerla, a cuidarla, a honrarla. Se trata de nuestra relación con la Tierra... con la casa... con el útero....



Nosotros los adultos hacemos en general un gran esfuerzo para ser mejores personas, ya que como occidentales venimos de una cultura de la culpa que tiene sus raíces en la religión del mal, nos dice todo el tiempo que nuestra naturaleza es mala y que necesitamos ser perdonados. Así que tratamos y trabajamos duro para ser buenos, mientras creemos que por naturaleza somos malos... vivimos divididos por el conflicto entre el bien y el mal. Vivimos vidas divididas en un mundo dividido y, finalmente, no sabemos quienes realmente somos: éste es el único mal y es el origen de la violencia en nuestra cultura.


"Imagine" en cambio, como sugirió Lennon ... un mundo con gente sintiéndose bien consigo mismos desde el principio, acogidos y amados por sí mismos y sin tener nada que probar, ya que su sola existencia es reconocida y es suficiente para ser aceptada, en primer lugar por la madre, ojalá por el padre, y por lo tanto por el resto del entorno humano. Esta experiencia epigenética en la que el mundo es un buen lugar para estar quedaría grabada en su epigenoma, que además es heredable al igual que el genoma. La gente da lo que ha recibido. Aquellas personas expresarían a lo largo de su vida el amor, o al menos podemos suponerlo. Sería la base de una nueva cultura de la paz y el amor, esta cultura es en realidad una utopía, un viejo sueño de la humanidad ( "and I’m not the only one…"). Y la utopía tiene el valor de señalar una dirección, si bien puede parecer inalcanzable, nos muestra una manera mejor de andar el camino de la vida.


Piénsalo, ¿qué te gustaría dar a tus hijos?

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